lunes, 5 de diciembre de 2011

Origen del Té

Existen numerosos relatos acerca del descubrimiento del té.

Una de las leyendas dice que su descubridor fue el emperador Shen Nung (2737 a.c. – 2697 a.c.), que sólo bebía agua hervida. Un día el viento empujó tres hojas de té hasta su taza, tiñendo el agua marrón dorado. Al probar el brebaje se sintió revitalizado, tomándolo desde entonces diariamente.

...
Hasta el siglo III dC, la infusión se preparaba como medicina o tónico con hojas verdes tiernas de árboles silvestres. Para ajustar la oferta a una demanda creciente y garantizar una cosecha regular, los granjeros empezaron a cultivar arbustos de té en sus pequeñas propiedades y se fue desarrollando un sistema de desecación y fabricación.

Se suele afirmar que la "edad de oro" del té corresponde a la época de la dinastía Tang (618-906 dC). El té ya no era solo un tónico medicinal, sino que se bebía tanto por sus propiedades reconstituyentes como por placer.


Durante este periodo el té adquirió tal importancia que un grupo de comerciantes encargaron al escritor Lu Yu (733-804 dC) que compilase el primer libro sobre el té. Su Cha Ching, conocido como el Libro Sagrado del té. Este libro muestra claras influencias de la filosofía Zen, así como del taoísmo. La forma de preparar el té, tan poética y bellamente expuesta por Lu Yu, quien veía en ella un modelo de orden y de la armonía que reina en todas las cosas, fue la que posteriormente sería introducida en Japón, precisamente por monjes practicantes del budismo Zen.


El té llegó a convertirse en un vehículo para la espiritualidad y la trascendencia. Así Wang-Yu-Chang encontraba en el té "algo que llegaba al fondo de su alma como una llamada directa, con esa delicada aspereza que recuerda al gusto de un buen consejo". Para So-Tung-Pa "el poder de la pureza del té desafiaba lo corrupto, al igual que hace un hombre virtuoso".

No hay comentarios:

Publicar un comentario